La curadora y gestora puertorriqueña Rebeca Noriega Costas recorre la quinta Poli/Gráfica, organizada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña
Hace dos décadas la doctora Teresa Tió, entonces directora ejecutiva del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), invitó a la doctora Mari Carmen Ramírez, respetada curadora puertorriqueña, a repensar la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe como evento cumbre de las artes plásticas en Puerto Rico. La Bienal tuvo 13 exitosas ediciones desde 1970 hasta 2002 cuando ya se hablaba de la necesidad de mirar la práctica del grabado dentro del marco del arte contemporáneo. Ramírez desarrolló una exhibición destacando la importancia de Puerto Rico en la tradición del grabado en la región, al tiempo que apostó a una mirada renovadora en el marco de las artes contemporáneas. Es así que surge la Trienal Poli/Gráfica de San Juan, América Latina y el Caribe en el año 2004.
La Trienal Poli/Gráfica hizo eco de aquella época de la Bienal de San Juan donde Puerto Rico se presentó como puente entre culturas, proclamando su identidad latinoamericana. Sin duda, el hecho de ser una colonia estadounidense representa también una ventana abierta a ese país y las diásporas de los países latinoamericanos. Se invirtió dinero en viajes de campo e investigación, hubo mucha reflexión crítica y se dedicó tiempo a considerar la tradición del grabado desde el proceso mismo de la impresión y reproducción de una imagen.
En esas conversaciones se descartó la temporalidad bienal, pues en la realidad de Puerto Rico es cuesta arriba lograr un evento de esa magnitud cada dos años. Se repensó, de igual forma, que fuera exclusivamente un evento de grabado, pues pensar el arte contemporáneo es entender que esta tradición, como muchas otras, se ha replanteado en los procesos que lo definen. Es entonces cuando se produce el término poli/gráfica: la gráfica en múltiples modalidades. Se llegó incluso a plantear que no tuviera un apellido Latinoamericano-Caribeño y que se abriera a la tal llamada globalización, pero eso se mantuvo y se amplió a las diásporas.
Además del equipo de curadores invitados por Ramirez en 2004, hubo otras figuras que se sumaron al evento, como Elvis Fuentes, quien llegó a Puerto Rico desde Cuba en aquel momento. Junto a inagotables empleados del ICP, esta servidora incluida, se formó un grupo dispuesto a pensar las posibilidades de Puerto Rico como puente entre culturas latinoamericanas, caribeñas y sus diásporas partiendo de la Bienal.
Con ese trasfondo, el ICP invitó a Fuentes en el año 2017 a ser curador en jefe de la Poli/Gráfica de Puerto Rico: América Latina y el Caribe. Ya ni bienal ni trienal. Esta edición tomó siete años desde la propuesta hasta verla en salas por razones ajenas a la voluntad de cualquiera: huracanes, terremotos, pandemia, expulsión de un gobernante y una Junta de Control Fiscal impuesta por el presidente de Estados Unidos para liquidar la deuda pública. Elvis Fuentes invitó a Lisa Ladner como curadora por Puerto Rico. Ladner es una gestora cultural suizo puertorriqueña que lleva años gestando proyectos independientes en favor de las artes y los artistas puertorriqueños.
(Video: Gabriel López Albarrán)
“Under Pressure/ Bajo Presión”
“Under Pressure/Bajo Presión”, título de la conocida canción del grupo de rock británico Queen en colaboración con David Bowie, sirve como marco de todo el entramado de presiones que se presentan a través del arte de poco más de 100 artistas en esta muestra. Fuentes escoge este título por su obvia relación al proceso creativo del propio acto de infligir presión a una imagen sobre una matriz. La idea va más allá de la mera presión física y se transfiere al concepto mismo de la canción. Propone la idea de vivir bajo presiones sociales, naturales, económicas, identitarias o políticas y cómo las sociedades responden en momentos de crisis.
Esta quinta edición tiene dos sedes en el Viejo San Juan y otros proyectos comisionados en instituciones culturales de la isla. A su vez, en las tres salas del Arsenal de la Marina –una de las dos sedes principales– se ubican los ejes curatoriales que juegan lingüística y conceptualmente con la palabra presión: expresión, compresión, impresión y represión.
En el edificio del antiguo Asilo de Beneficencia, sede oficial del ICP, se curó una retrospectiva que toma como base esa historia de la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe. Allí podemos encontrar un montaje que recuerda las pasadas bienales con los carteles de cada edición desde 1970 hasta la última, que se celebró en 2002. Además, se puede ver una muestra de obras de la denominada “Colección Limbo: Ganancias Marginales”, una serie de obras dejadas atrás por los artistas participantes a lo largo de las décadas por diversas razones. Este montaje es sin duda un homenaje a esas décadas de la Bienal de San Juan. En la Sala de Lectura encontramos catálogos, publicaciones y libros de artista de esta y pasadas ediciones.
“Esta edición tomó siete años desde la propuesta hasta verla en salas por razones ajenas a la voluntad de cualquiera: huracanes, terremotos, pandemia, expulsión de un gobernante y una Junta de Control Fiscal impuesta por el presidente de Estados Unidos para liquidar la deuda pública” - Rebeca Noriega Costas
Arsenal de la Marina
Los cuatro ejes curatoriales que componen “Under Pressure/Bajo Presión”, según propuestos por Elvis Fuentes y Lisa Ladner, se pueden apreciar en las tres salas del antiguo Arsenal de la Marina en La Puntilla, en el Viejo San Juan. A continuación haré un breve recorrido de esta exhibición, partiendo de lo que vi y lo que me enviara el ICP y el curador en jefe de sus escritos.
Al entrar, en el patio interior, se levanta el “Arco del Triunfo” del artista puertorriqueño Heryk Tomassini. La pieza se compone de 128 canastas de plástico coronadas por matas de plátano de agricultores de Yabucoa. Parecería un homenaje a esta edición, pues sin duda ha sido un triunfo lograrla, o bien puede ser un homenaje a Puerto Rico por su creatividad, inventiva y constantes luchas en estos últimos años de continua presión.
El primer eje curatorial que encontramos en la sala este del Arsenal de la Marina es “Expresión: Agit-pop. El pueblo en las calles". Este propone una mirada a cómo los artistas acuden a las nuevas formas de hacer protesta. Parten, en principio, del llamado que se logra por las redes sociales donde muchos artistas incitan a la reflexión sobre diversas problemáticas, agitan e invitan a la protesta con un lenguaje que se deriva, a veces de la publicidad, o quizá de cómics u otra forma visualmente atractiva de fácil consumo.
La pieza que nos recibe en esta sala es un diseño del colectivo chileno Serigrafía Cooperativa. Se trata de un overol hecho de retazos que habían sido descartados por no cumplir con los requisitos para venta, y que el colectivo reimagina y transforma. La prenda, que luce un maniquí, fue creada en sus orígenes como uniforme para usarse encima de la ropa de los trabajadores. Ahora, este overol –realizado en plena pandemia– sirve como símbolo de la labor colectiva.
De frente a esta obra vemos la serie de xilografías “Memory and Landscape”, de la artista chilena María Verónica San Martín, donde se aborda el tema del golpe de Estado en Chile. En la serie se destacan el asalto al Palacio de la Moneda, las protestas posteriores al golpe militar, y los desaparecidos en aquellos tiempos oscuros de la dictadura de Augusto Pinochet que acabó con la vida del presidente Salvador Allende. Estas xilografías fueron realizadas entre el 2013 y el 2015, año en que también hubo intensas protestas en Chile en oposición a la reforma educativa de la entonces presidenta Michelle Bachelet.
Al fondo de la sala destacan los carteles del cubano Edel Rodríguez titulada “Trump Series Wall” (2015-2020), en los que abierta y lúdicamente critica las posturas racistas, fascistas y antidemocráticas del expresidente de EEUU y ahora convicto en Nueva York, Donald Trump.
En ese mismo espacio, el cubano Pavel Acosta presenta la acuarela “Scream by Edvard Munch (1893) From the series: Stolen from the National Gallery” (2017). Con poco acceso a materiales artísticos en Cuba, Acosta acostumbraba a robar trozos de pintura seca de las desmoronadas murallas de la ciudad para reciclarlas en nuevas obras sobre papel y lienzo. Recientemente ha realizado copias detalladas de obras maestras en la historia del arte utilizando la misma técnica, en este caso, “El Grito” de Edvard Munch.
Llama la atención en la sala la obra de Marisa Tellería (Nicaragua), quien explora desde el exilio la prohibición de los colores de la bandera nacional nicaragüense, azul y blanco, por parte del gobierno de Daniel Ortega. En la pieza, titulada “El peso de los colores”, la artista recurre al formato del pasaporte para denunciar el despojo de su nacionalidad a cientos de intelectuales y profesionales de su país. En la ficha técnica se cita a Tellería con relación a la censura: “me opongo firmemente a cualquier forma de censura en cualquier país del mundo. En solidaridad, respaldo plenamente la libertad de expresión de los artistas puertorriqueños y de todo el mundo. ¡Que el callar jamás sea la opción!”.
Esta nota va en directa referencia a una disputa previa a la apertura de la Poli/Gráfica con el artista puertorriqueño Garvin Sierra, quien denunciara censura por parte de la curadora Lisa Ladner. Sierra retiró su obra de la exposición oficial y junto a él una treintena de artistas. La curadora se mantiene en su defensa de que nunca hubo intención de censura. Esta disputa hizo que el ICP retirara a Ladner de sus labores en esta exhibición a una semana de la apertura. Fue realmente un sinsabor para todos los involucrados que, sin duda, se sintieron bajo presión.
En esta misma sala, y siguiendo con la misma temática, se presenta la obra del artista brasileño Andrey Guaianá Zignnatto titulada “Obra censurada por el propio artista”. Guaianá fue invitado a participar en la Bienal de La Habana para la cual realizó una obra que fue rechazada por su contenido político. En respuesta, utilizó la referencia histórica al cuadrado negro de Malevich como símbolo de la autocensura.
Destaca igualmente la participación del mexicano Carlos Amorales quien recientemente ha utilizado la inteligencia artificial para generar imágenes a partir del tema de la protesta. En esta ocasión presenta “Protestas en la luna”, piezas en óleo sobre lino que Amorales desarrolla como bocetos y traslada posteriormente al soporte pictórico.
En este eje curatorial también se incluye la serie de serigrafías sobre tela de chifón y soporte de madera de guayacán de la artista ecuatoriana María José Argenzio. De igual forma, está la serie de fotografías que la artista Patricia Villalobos Echevarría (Estados Unidos/Nicaragua) realizó entre abril y mayo de 2018 durante unas protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. En esta sala y a lo largo del recorrido del Arsenal se pueden ver los ya clásicos “Artoons”, que lleva trabajando el artista mexicano radicado en Nueva York, Pablo Helguera, desde 2009. Estas impresiones digitales son un abierto desafío y burla a las prácticas museísticas y de galerías en el arte contemporáneo internacional. Igualmente, el grabado en relieve “La Promesa”, de la puertorriqueña Poli Marichal, hace directa referencia a la Junta de Control Fiscal impuesta por Estados Unidos a Puerto Rico.
Continuamos nuestro recorrido por la sala central que propone el segundo eje curatorial titulado “Compresión: La indisciplina como liberación. Desastres naturales y fabricados". En esta es evidente una conversación entre las nuevas tecnologías, como la incursión de la inteligencia artificial a los métodos de hacer arte en diálogo con formas que apelan a lo tradicional y a la naturaleza.
Inmediatamente uno se adentra en la sala se observa una exquisita pieza de Germarilis Ruiz Galloza (Puerto Rico) compuesta por biotextiles hechos de cáscara de china (naranja) y pelo de oveja cortados a láser. También se incluyeron dos piezas del respetado grabador puertorriqueño Osvaldo de Jesús. “Nido” (1996) y “www.sexus.com” (2004) son dos serigrafías sobre papel con el diseño de una placa de circuito que suman a esta relación y cuestionamientos entre lo natural y lo artificial.
Al fondo de la sala destaca la serie “Post Apocalyptic Before the Storm” de Ricardo Rodríguez, artista y arquitecto puertorriqueño radicado en Maryland. Son tres obras que presentan paisajes apocalípticos realizados con inteligencia artificial. También exhibe “Our Islands and their People”, cuatro obras de gran formato en colores neón en las que reimagina un futuro después del desastre. Esta sala alberga varias obras que fueron motivadas por el paso devastador del huracán María sobre Puerto Rico en 2017.
Melquiades Rosario Sastre (Puerto Rico) trabaja la escultura, lo palpable, el peso y la liviandad en el material. “La presión” es una escultura compuesta de un saco de cemento cubierto de arena de color verde encima de un bloque. Es la presión física, la huella del paso del huracán por la vida de los puertorriqueños y particularmente por la vida del artista quien perdió su taller en tal fatalidad.
Molly Crabapple (Puerto Rico/Estados Unidos) es el pseudónimo de Jennifer Cabán, joven artista que revivió la atmósfera poshuracán como quien lleva una bitácora visual en la serie de poderosas ilustraciones que presenta. Lilliam Nieves, artista que vive y trabaja en Puerto Rico fue invitada con su serigrafía “Beauty Queen IV”, señalando la presión de ser mujer o una mujer perfecta. Nieves denuncia los estereotipos de belleza utilizando su propio cuerpo como modelo para a su vez ser rechazada o ser admirada.
Raquel Quijano Feliciano, heredera incuestionable de la tradición de grabadores puertorriqueños y quien también recurre a la tactilidad y a la esencia de la obra en su espacio, recopiló la historia y las tradiciones del barrio Trastalleres en Santurce desde su fundación y su legado musical mostrando en un tren de la memoria material histórico y fotográfico.
Norma Vila Rivero es otra de las artistas puertorriqueñas que participa de la Poli/Gráfica con la serie “Imposibilidad del paisaje”. Para una de las piezas, la artista imprimió una fotografía de un paisaje en el pueblo costero de Isabela sobre un pedazo de lona que cortó en cintas, para luego entrelazarlas a una malla ciclón. No hay paisaje visible porque hay tormenta o quizá la tormenta se convierte en el paisaje; o porque el paisaje es secuestrado por una tormenta de especulaciones.
Yucef Merhi es un artista-hacker venezolano, radicado en Estados Unidos, que va contra los abusos del poder político. La pieza suya que se presenta en esta sala, "Seguridad boricua", va contra los servicios de seguridad en Estados Unidos, que tienen historial de producir carpetas sobre sujetos vigilados por sus actividades políticas, como fuera el caso del líder independentista puertorriqueño Juan Mari Brás y miles de otros. En la Poli/Gráfica, Merhi pasquina una esquina de la sala central con estos documentos. El recorrido de esta sala cierra con "Archipiélago", una hermosa instalación de la artista brasileña Leonor Decourt que recuerda el interior de una cueva al mismo tiempo que juega con esa idea del espejismo o el mirroring actual.
La última sala del recorrido contiene los otros dos ejes curatoriales. El primero que aparece es “Impresión: Cuerpos del soporte ¿Está usted optimizado?”, que gira en torno al desarrollo de las tecnologías de información. Elvis Fuentes explica en el ensayo curatorial inédito de “Bajo Presión/Under Pressure” (2024), que “el desarrollo de la ciencia y las tecnologías de captación y procesamiento de la información han abocado al advenimiento de una cultura de la transparencia, que demanda un registro o huella como certificación de la existencia de la cosa. La presión en este sentido es la de permanecer visible y localizable a toda hora. Aquello que se sale de este sistema de representaciones (off the grid), es considerado inexistente…”.
En las obras que vemos en este segmento se percibe cómo los artistas se apropian de estas tecnologías para denunciarlas o subvertirlas.
Pauline Batista (Brasil) recurre a los stencils para preguntar: Is your system optimized? Vivimos todos los días, todo el tiempo, considerando esta pregunta ya sea por nuestro teléfono inteligente o porque sentimos que quizás no estamos al día con la tecnología más reciente temiendo quedar obsoletos.
De frente a esta pregunta nos topamos con otra. La pieza de Violette Bule (Venezuela) denuncia la arrogancia de la frase publicitaria del Whitney Museum of American Art que dice: “I can see America from here.” En su instalación, Bule le responde sarcásticamente: Can You?
Grimaldi Báez es un artista que salió de Puerto Rico de niño junto a sus padres, pero que ha mantenido una estrecha relación con la isla. Báez trabaja el grabado en sus diversas formas, ilustraciones, dibujos, y para la Poli/Gráfica presenta aparatos que consisten en planchas de xilografía y planchas de cobre de aguafuerte, en un soporte de succión y en partes de un “equilibrator” que se usaba en estudios de dentistas para hacer impresiones dentales.
Cruzando la sala, percibo un cambio y me parece entrar al último eje curatorial, “Represión: la violencia organizada". La vista se fija en una estrella que consiste de cordones de zapatos deportivos. Se trata de la pieza “Crying Form, Rising Symbol” (2010) de Nari Ward, artista nacido en Jamaica y radicado en Nueva York. Ward cuenta con una amplia trayectoria en trabajos que tocan problemáticas de raza, abusos, diferencias sociales, pobreza y la cultura de consumo.
Culmino este recorrido con una sección que me toca particularmente y es una que apunta a la represión y violencia contra la mujer en toda nuestra América y en todo el mundo. “Lucía, la muñeca rota”, de la artista hondureña Johanna Montero Matamoros, toma el título del nombre dado a una niña de once años, que quedó embarazada tras ser víctima de una violación. La violencia contra la mujer ha motivado otros trabajos, entre estos, la pieza “Hermanas de sangre” de la artista dominicana, fallecida en 2019, Belkis Ramírez. Consiste de una matriz de madera entintada con retratos de espalda de las víctimas de feminicidios.
Jessica Lagunas, artista guatemalteca radicada en Nueva York, adoptó la estética del arte popular del álbum de fotos adornado por encajes para denunciar los cientos de “Feminicidios en Guatemala”, como se llama la pieza. Y en un video tan desgarrador como conmovedor, la cantautora mexico-americana Renee Goust, implora a la muerte en una sucesión de mujeres agarrando carteles que gritan “No nos maten” al tiempo que se escucha la canción con ese mismo verso.
Elsa María Meléndez, de Puerto Rico, presenta una cortina bordada y pintada que cuelga del techo para poder verse por ambos lados los cuerpos de cuatro figuras que aparecen delineados, pero vacíos. Solamente se perciben flotando los accesorios que portan las siluetas, gafas de sol, un espejo y medias. Las medias, su única prenda de vestir, adquieren como indica Fuentes, “una connotación simbólica, pues Meléndez ha añadido más de las correspondientes a las cuatro figuras, dejando otro vacío, otra interrogante, ¿dónde están?
Este recorrido escrito, que culmino con esta pieza, para nada intenta hacer un análisis ni una crítica. Aunque integré bastante de las obras, me quedo corta de incluirlas a todas. Estos esfuerzos merecen visitarse más de una vez para explorar cada pieza con detenimiento y espero que este texto sirva para dar una idea de hacia dónde quieren dirigirse. Enhorabuena por los y las artistas y todos los involucrados porque, a pesar de las presiones y represiones, esta muestra se logró y esperamos que continúe como espacio de intercambios y reflexión.
Sobre la autora: Curadora, gestora y productora independiente. Se ha destacado en el ámbito cultural como curadora de arte contemporáneo y ha trabajado en investigaciones para entidades y colecciones públicas y privadas. Ha laborado para proyectos de envergadura internacional en temas de arte latino, latinoamericano y caribeño. Sus ensayos curatoriales han abordado asuntos como el estado de la institución cultural en Puerto Rico, así como el trabajo y transformación de colectivos artísticos desde los talleres de gráfica. Ha sido portavoz de causas de justicia social para la mujer y trabaja como productora en un documental histórico. Actualmente, es Coordinadora General de Tiznando el país: visualidades y representaciones, un proyecto entre el INIM-UPR y la Alianza de Museos de Puerto Rico.